El Comité Médico Asesor de Esclerosis Múltiple España arroja luz sobre esta nueva evidencia entre el virus EB y la EM.
¿Qué implica esta noticia? ¿Una vacuna para el virus Epstein-Barr podría llegar a prevenir la Esclerosis Múltiple? ¿Podrían tratamientos antivirales ayudar a las personas que tienen EM en la actualidad? ¿Si he tenido mononucleosis voy a desarrollar Esclerosis Múltiple?
Estas son algunas de las preguntas que muchas personas se están haciendo después de conocer la reciente publicación y que podemos considerar como una noticia ilusionante, que apunta a que actuar sobre este virus podría llegar a reducir la presencia de la Esclerosis Múltiple en el futuro. No obstante, además del optimismo, es fundamental tomar esta noticia con cautela: aún quedan muchas incógnitas por resolver.
¿Qué sabemos hasta el momento sobre las causas de la Esclerosis Múltiple?
La Esclerosis Múltiple es una enfermedad compleja y de origen desconocido que clásicamente se ha considerado como el resultado de la interacción de uno o varios factores ambientales, que actuarían en las primeras etapas de la vida sobre personas genéticamente predispuestas, generando una activación anómala del sistema inmune que a su vez reaccionaría contra componentes del sistema nervioso central (SNC) produciendo inflamación de la mielina y degeneración axonal-neuronal.
En la búsqueda de la causa de la enfermedad se han estudiado múltiples factores ambientales: la vitamina D y la exposición solar, el hábito tabáquico, el consumo de sal, la microbiota intestinal y también las infecciones por virus.
En estos años se han relacionado múltiples virus como posibles agentes relacionados con la causa y con la posterior evolución de la enfermedad: el virus de Epstein-Barr, el herpesvirus humano 6, el citomegalovirus y los retrovirus endógenos humanos. Con los datos que disponemos hay un cuerpo de evidencias científicas que apoyan, de una u otra manera, el papel de los virus en la Esclerosis Múltiple.
¿Qué aporta este nuevo estudio sobre Epstein-Barr y EM?
Aporta evidencia más sólida sobre algo que ya estaba siendo estudiado desde hace tiempo. En los últimos 30 años se han publicado otros múltiples estudios observacionales, epidemiológicos y experimentales que ya ponían de manifiesto la relación entre el virus Epstein-Barr (EBV) con la Esclerosis Múltiple. En estudios caso-control ya se había visto que la infección por EBV se encuentra prácticamente en todos los pacientes con EM, y se ha observado un incremento de los anticuerpos anti-EBV hasta 5 años antes del inicio de los síntomas de Esclerosis Múltiple.
¿Qué papel juega, por tanto, el virus Epstein-Barr en el desarrollo de la Esclerosis Múltiple?
No está claro. No se puede afirmar que exista una clara relación causa-efecto, puesto que este virus no está presente en las lesiones y en los linfocitos B del líquido cefalorraquídeo de pacientes con la enfermedad. Una hipótesis como conclusión de estos estudios es que podría ejercer un importante papel “gatillo” o desencadenante en esta y otras enfermedades autoinmunes. Debido a la heterogeneidad encontrada en la EM, es posible que en la etiopatogenia de la enfermedad estén implicados múltiples mecanismos y la observación de que la EM ocurre años después de la mononucleosis infecciosa hace pensar que el EBV podría actuar como un factor iniciador del proceso, pero que son necesarios otros eventos para comenzar las manifestaciones clínicas de la enfermedad.
¿Podría una vacuna para el virus Epstein-Barr prevenir de la Esclerosis Múltiple?
Aunque aún no existe una respuesta a esta pregunta y es necesario investigar más, se está barajando que una vacuna del Epstein-Barr pueda tener un efecto directo en la prevención de la enfermedad, dado que se entiende que actuar sobre este “factor desencadenante” podría reducir las posibilidades de desarrollo de la EM y otras enfermedades autoinmunes.
¿Podría un tratamiento antiviral ayudar a las personas que tienen EM actualmente?
Es muy pronto para saberlo. Necesitamos más investigación y más evidencia para conocer en mayor medida la relación entre el desarrollo del virus Epstein-Barr y la Esclerosis Múltiple.
¿Voy a desarrollar Esclerosis Múltiple si he tenido mononucleosis infecciosa?
No tiene por qué. El virus Epstein-Barr es uno de los múltiples factores que participan en el desarrollo de la enfermedad, pero no significa que si tienes este virus vayas a tener EM en el futuro. La clave se encuentra en el otro sentido: Si no has sido infectado por Epstein-Barr, es muy poco probable que desarrolles Esclerosis Múltiple.
La investigación: clave para despejar todas estas incógnitas
Aunque esta noticia aporta importantes novedades en el conocimiento sobre el desarrollo de la enfermedad, es necesario seguir trabajando para descubrir las implicaciones que puede tener en la vida de las personas con EM, o en la prevención de la EM.
La investigación, con esta noticia, vuelve a evidenciarse como la única vía para resolver todas las dudas sobre esta enfermedad y encontrar una solución que termine definitivamente con ella.
Foto: pixabay
Fuente: esclerosismultiple.com