Trabajo y Esclerosis Múltiple

El diagnóstico genera incertidumbre en torno al futuro laboral. Tener esclerosis múltiple no implica dejar el trabajo.

Aunque, en algunos casos, supone reformular el itinerario profesional. Y en otros, supone la adaptación del puesto por el impacto de los síntomas en el desempeño laboral. Adaptación que está contemplada como un derecho en la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales.

No existe obligación legal de comunicarlo a la empresa salvo supuestos excepcionales donde, a consecuencia de la enfermedad, la persona conviva con limitaciones que pueda afectar a su seguridad o a la de terceros en el puesto de trabajo.