¿Qué es la esclerosis múltiple?
La esclerosis múltiple es una enfermedad neurológica crónica del sistema nervioso central que afecta al cerebro y la médula espinal.
No es hereditaria, ni contagiosa ni mortal. Pero no tiene cura y actualmente es la segunda causa de discapacidad neurológica en adultos jóvenes, es decir, en personas entre los 20 y 40 años, afectando sobre todo a las mujeres.
Síntomas de la Esclerosis Múltiple
La esclerosis múltiple se caracteriza por el amplio abanico de síntomas visibles e invisibles y por su impacto en la vida social y laboral de quienes los padecen.
Ni todas las personas tienen los mismos síntomas ni estos se producen con la misma intensidad. Por ello su tratamiento debe ser personalizado y multidisciplinar.
- Alteraciones de la sensibilidad
- Problemas de visión y/o cognitivos
- Espasmos musculares y calambres
- Pérdida de equilibrio y mareos
- Fatiga
- Problemas de movilidad
- Cambios emocionales, depresión
- Dolor
- Alteraciones del sueño
- Problemas urinarios o intestinales o espasticidad.
Tipos de Esclerosis Múltiple (EM)
EM Recurrente-remitente
Definida por presencia de brotes (periodos de exacerbación) con posterior recuperación completa o parcial.
EM Primaria progresiva
Enfermedad progresiva desde su inicio, con posibilidad de estacionarse en ocasiones e incluso presentar mejoría.
EM Secundaria progresiva
Inicialmente es una forma recurrente – remitente seguida de progresión con o sin recaídas.
EM Progresiva recurrente
Enfermedad progresiva desde su inicio con claras recaídas con o sin recuperación completa; periodos entre brote y brote caracterizados por una continua progresión.
Tratamientos de la Esclerosis Múltiple
Tratamiento de los brotes
Ante una afectación derivada de un brote, que genera gran inflamación y es prolongada en el tiempo, el tratamiento es a base de corticoides. Se trata de antiinflamatorios que acortan la duración del brote, reducen su impacto y aceleran la recuperación, aunque es importante conocer y tener en cuenta sus posibles efectos secundarios.
Tratamiento farmacológico
Aunque a día de hoy no existe un tratamiento que cure la enfermedad, sí que hay muchas opciones terapéuticas para reducir los brotes y tratar de mitigar el impacto de la enfermedad evitando la discapacidad. Son los denominados tratamientos modificadores de la enfermedad ya que, como su nombre indica, modifican la evolución de la misma.
El impacto de cada tratamiento varía según el caso y la persona. Por ello es importante tener en cuenta que se trata de una decisión compartida con el profesional sanitario basándose en datos concretos, personales e individuales. Lo que garantiza a priori mejores resultados y mayor adherencia.
Tratamiento rehabilitador
La rehabilitación integral y multidisciplinar tiene como objetivo aportar autonomía e independencia a nivel físico, cognitivo, psicológico y social a la persona afectada, mejorando su calidad de vida. Para ello es fundamental un abordaje precoz que permita tratar los síntomas en cuanto se detecten, mantener la capacidad funcional y prevenir posibles secuelas.